Si uno se fija bien se puede encontrar al caminar por la calle ejemplos notables de como se organiza la red de acceso con par de cobre en planta exterior. Nosotros hemos montado en clase repartidores con regletas LSA de 30, 50 y hasta 100 pares en cuadros indicados para su instalación en el interior de edificios. Pero en la calle hay muchos armarios con 900, 1.200 o 1.500 pares protegidos por envolventes de grado IP54 o superior. El acceso al interior de estos cuadros de distribución está restringido a unas pocas empresas y técnicos. Pero por cortesía de un grupo de energúmenos que festejaron su noche de alcohol e inspiración cívica emprendiéndola a patadas con uno de estos armarios os voy a mostrar como es por dentro un armario de 1.500 pares.
A simple vista se distinguen tres columnas con 50 regletas cada una, son regletas LSA de 10 pares con lo que el armario repartido tiene en total una capacidad de interconexión para 1.500 pares. Las 150 regletas se soportan mediante un bastidor metálico que a su vez se fija sobre un zócalo firmemente anclado al suelo, ni que decir tiene que estas parte metálicas se llevan a tierra.
Entre las posiciones se han establecido asignaciones que dan servicio a cada abonado o simplemente multiplan pares. Para estos puentes se emplean normalmente par trenzado sin cubierta con la combinación de colores blanco-negro. esta combinación no puede pertenecer a ninguno de los cables multipares que entran desde la canalización subterránea pues ambos son colores de referencia. La envolvente hecha una birria está detrás, los vándalos la han destrozado pero milagrosamente el servicio se ha mantenido. El par de cobre lo aguanta todo.
Así que la reparación no es tan costosa, si las regletas están enteras y las asignaciones y contactos han sobrevivido a las furiosas patadas de quienes se aburren de tanto beber, solo hay que reordenarlo todo, comprobarlo, poner una envolvente nueva y millas. La mano de obra no podría deciros cuanto supone pero sólo en materiales nos ponemos en 2.000 euros y más fácilmente.
Después de reparado el repartidor vuelve a formar parte del paisaje urbano, en su interior las señales de voz y datos se interconectan y permiten que las personas se comuniquen entre sí, las empresas funcionen y quienes navegan a través de líneas xDSL accedan a la información. Y es que este armario vale mucho más de lo que cuesta repararlo. Si alguien la emprende a patadas con una instalación como esta pisotea los derechos de cientos de personas. Lo dicho, como los vándalos.