Una buena excusa para practicar rutinas y técnicas de mantenimiento la podemos encontrar en la realización del protocolo de pruebas de una instalación que hayamos hecho o que nos encontremos ya construida. La operación más sencilla sería la de comprobar la continuidad de los enlaces y para ello la herramienta adecuada es un VFL o localizador visual de fallos.
En nuestra ICT2 lo que hacemos es inyectar la luz desde el punto de interconexión en el RITI y verificar la roseta óptica en cada vivienda. ¿Que no vemos la luz? En ese caso revisamos el enlace en sentido inverso, conectores y empalmes en la roseta, caja de segregación en el registro secundario y finalmente el RITI.
Os mostramos un empalme roto que localizamos en uno de los casetes de la caja de segregación de un registro secundario, el VFL lo marca con absoluta claridad.
¿Es normal que se rompa un empalme aquí? Lo cierto es que no. Si te fijas en la imagen en realidad lo que se ha roto es la fibra de 250 micras al salir de la funda de protección, puede que durante la organización del casete se haya roto o puede que como en este registro andan muchas manos haya sucedido en cualquier otra maniobra. En nuestro caso nos viene estupendo para practicar pero en las instalaciones reales no es una exageración recomendar a los instaladores que una vez realizado con éxito todas las pruebas se precinten las envolventes con una pegatina que anule la garantía en caso de aparecer abierta. Esto es fibra no cobre, las reparaciones salen más caras.
Otra operación típica de mantenimiento es la de limpiar la superficie de los conectores, estamos midiendo con las pruebas OLTS mejoras de hasta un dB, lo que algún caso ha significado cumplir el límite máximo de 2 dB impuesto por ICT2.
La imagen muestra como limpiamos la superficie de un conector SC/APC en una roseta óptica dentro del RTR. Empleamos un tisú sobre un cubo QbE impregnado con Electro-Wash. El resultado es bastante bueno con darle solo tres pasadas
Comprobamos la limpieza con un microscopio conectado a una pantalla LCD. Esta verificación desde el punto de vista de la seguridad es la que recomiendo sin ninguna duda. Cierto es que estos microscopios son más caros pero con ellos evitamos totalmente el riesgo de que el haz láser incida en el ojo del observador.
Si no se dispone de este instrumento y se tiene un microscopio convencional hay que extremar las precauciones y asegurarse de que en el otro extremo del enlace no hay conectado nada, ni equipos, ni instrumento alguno. Recordar que las tres longitudes de onda que se emplean en FTTH no son visibles así que el no percibas luz alguna no significa que no haya peligro, no te olvides nunca de esto, se trata de tus propios ojos.
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